Las relaciones interempresariales tienden a ser fluidas, pero también pueden ocasionar problemas. Uno de los más comunes está relacionado con la transferencia de capitales como consecuencia de sus actividades. Por suerte, hay un mecanismo que permite facilitar la reclamación de deudas entre empresas. ¿Sabes de qué se trata? ¿Lo conocías?
¿Qué es la reclamación de deudas entre empresas?
Generalmente, este es el procedimiento que se activa para solicitar el pago de un determinado servicio o producto. De esta forma, una compañía exige la liquidación de la deuda que otra ha contraído con ésta. Se distinguen varios tipos de actuación, que pueden ser amistosos o implicar la mediación de un tribunal.
Sin duda, la mejor opción es solucionar el conflicto antes de que llegue a manos de un juez. No obstante, hay situaciones que no se pueden resolver antes, por lo que es indispensable tener planteadas todas las vías. Todo esto requiere un conocimiento absoluto sobre los métodos de reclamación de deudas entre empresas.
¿Qué sucede si la empresa se declara insolvente?
Ante una reclamación de deudas entre empresas, cuando el negocio recibe la reclamación, es posible que se declare insolvente. Argumentar la inexistencia de fondos puede librar a la entidad del compromiso económico, pero no significa que éste desaparezca. En este sentido, los administradores se verán obligados a asumirla de forma equitativa y solidaria, siempre y cuando no se dé alguna de estas excepciones:
- Existencia de un concurso de acreedores activado o solicitado.
- Compañía en proceso de disolución bajo razones que lo justifiquen.
- Deudas o créditos que aún están sin pagar a otra empresa.
Mecanismos de reclamación de deudas entre empresas
En líneas generales, se distinguen tres procedimientos de reclamación de deudas entre empresas. ¿Cuál es el más adecuado en cada caso?
Proceso monitorio
Este proceso es específico para la reclamación de deudas entre empresas y permite agilizar el proceso en la vía judicial, pero sin necesidad de un juicio complejo. Se trata de una vía rápida que sirve para descongestionar los tribunales y que suele conseguir el reconocimiento más que el pago. Es, por tanto, una opción que se debe tener en cuenta.
Para activar el proceso monitorio en la reclamación de deudas entre empresas, deben cumplirse una serie de condiciones:
- Que sea líquida (cuantificable).
- Que haya vencido el último plazo para abonarla.
- Que sea exigible (existencia de un contrato o medio que la demuestre).
De esta forma, comenzará un procedimiento rápido por el que el juzgado notificará la circunstancia a la compañía deudora. Ésta tiene un plazo de veinte días para responder, tras los que puede abrirse una de estas tres situaciones:
- Que se abone la deuda.
- Que no se responda.
- Que se rechace y se expongan argumentos.
En el último caso, y si la deuda es inferior a los 6000 euros, se celebrará un juicio rápido. Para cuantías superiores, se seguirá un juicio ordinario para satisfacer la deuda.
Propuesta extrajudicial
Esta primera solución tiende a ser la más rápida, por lo que también es la más recomendada. Se trata de llegar a un acuerdo con el negocio deudor para evitar la vía judicial, que es mucho más conflictiva y costosa. Lo mejor es contar con un abogado especialista en derecho mercantil, el cual supervisará el pacto para evitar condiciones desiguales o abusivas.
Lo primero que se debe hacer es contactar con la empresa que posee la deuda. Es vital informarle de la necesidad de negociar para no activar la vía judicial y hacerlo de una manera lógica y sincera. Después, comenzarán las reuniones en las que se puede llegar a alguna de estas soluciones:
- Financiación de la deuda. O refinanciación, si ya había una en curso.
- Posposición del compromiso. Nuevo plazo para abonar el capital.
- Modificación de condiciones. Cambiar los pagos periódicos o los plazos.
Esta vía, a su vez, abre un inconveniente en la reclamación de deudas entre empresas. El acuerdo suscrito no impide que la sociedad deudora incumpla de nuevo los pagos, en cuyo caso solo quedaría acudir a los tribunales. No obstante, también significa un reconocimiento implícito de deuda que se puede usar en favor del denunciante en un proceso judicial.
Juicio ordinario
Esta es la última solución y la que acaba con el proceso de reclamación. Al igual que en los casos anteriores, resulta imprescindible contar con un abogado especialista en reclamación de deudas entre empresas. De esta manera, se interpondrá una demanda para celebrar el juicio, en el que la sentencia será definitiva (obviando la posibilidad de que se recurra).
Si el juez reconoce la existencia de la deuda, tiene la potestad de obligar a la sociedad a liquidarla. Para ello, puede activar la vía del embargo si no se cumple el plazo que el tribunal le otorgue.
En definitiva, la reclamación de deudas entre empresas es un procedimiento bastante común que, afortunadamente, tiene solución. Lo más importante es contar con la representación de un abogado que busque siempre los resultados más favorables.